Libros, libros y más libros

 

¡Miércoles Addams!

¡Por fin junio!

"I love books" es lo que pone en la foto, por si acaso no se entiende, que el dibujo no es lo mío.

    Hice esta foto el otro día en mi primer día de paseo por la playa y se me ha ocurrido escribir un post diferente y algo más personal. Los libros. ¿Qué son para mí? ¿Por qué me gusta leer? ¿De dónde viene esta afición? Etcétera, etcétera...

    A veces trato de recordar cuál fue el primer libro que me leí, así como si no supiera yo que no tengo memoria antigua. Recuerdo que en el colegio o puede que en el instituto ya, vivía con emoción el momento de saber cuál iba a ser la lectura obligatoria. Por cierto, la palabra lectura y obligatoria jamás deberían ir unidas. Recuerdo que me marcó mucho el libro de Abdul, un niño inmigrante. También recuerdo que me fue imposible leer Memorias de una vaca porque me aburría como una ostra. Recuerdo que me encantaban los libros de la editorial El barco de vapor (aún los conservo). Recuerdo ir a la biblioteca a por libros, recuerdo suplicarle a mi madre para me dejara seguir un mes más con la suscripción a Círculo de lectores. Menudo momentazo cuando te llegaba el catálogo y tenías que decidir qué libros pedir. Recuerdo aficionarme hasta más no poder a los libros de Pesadillas; también a la serie. Ahora me he visto las pelis y me siguen encantando. 

    También recuerdo que sobre los 14 o 15 años viajé un verano a visitar a mis tíos de Palma de Mallorca y que había una papelería debajo de su casa. Tuve dos libros en la mano, uno era algo relacionado con la luna y el otro era La larga marcha de Stephen King. No sé por qué, pero a última hora cambie de opinión y me llevé en de Stephen. No me equivoqué. No sé las veces que me he leído ese libro y todos los del autor que vinieron después. 

    Recuerdo que tuve un parón, cosas de la adolescencia, supongo. No recuerdo si leía algo por aquel entonces, pero sí recuerdo que cerca de los veinte años, en una época un poco mala de mi vida, descubrí a Jorge Bucay y me vuelvo a repetir, sus libros me salvaron la vida. Recuerdo querer saber más sobre el psicoanálisis, sobre los sentimientos, la mente, el autoestima. Recuerdo ir a la famosa librería Diego Marín de Murcia entre clases y descansos (o pellas) de la universidad, y preguntar por algunos libros que él recomendaba. Me encantó Un mundo feliz, de Aldous Huxley. 

    Luego llegó Crepúsculo, no sé en qué momento ni cuanto tiempo pasó, pero recuerdo que me enganché a ellos y a la lectura de nuevo y creo que más que nunca. Tiempo después recuerdo devorar Cincuenta sombras de Grey y entre unos y otros, libros que tenía en la estantería o que me iba comprando de forma aleatoria cuando nos encontrábamos con algún mercadillo o feria. Había uno de segunda mano que me volvía loca. Nunca más supe qué pasó con él. Recuerdo a mi chico impaciente por irse porque ya llevábamos una hora viendo libros y que a mí me parecía que nunca tendría suficiente.

    Y mucho tiempo después, llegó la famosa pandemia y de repente tenía mucho tiempo libre para estar en casa, así que comencé a leer de nuevo. Nunca lo había dejado, pero tenía el hábito un poco abandonado. El primer libro que me leí fue La elegancia del erizo, de Murial Barbery. Una delicia de principio a fin. En agosto, para mi cumple, mi chico me regalo el Kindle y... perdición. Primero porque tenía que aprovechar la suscripción gratis que regalaban por la compra, luego porque me hicieron una oferta de tres meses por 9,99... El caso es que no podía parar, pero lo hice. Tenía muchos libros en papel pendientes y con ellos estoy ahora, aunque me encanta leer en digital también. 

    A todo esto le sumamos que escribir me da la vida, que me hace feliz como ninguna otra cosa, que lo disfruto de una forma que no sabría explicar. Entonces, ¿qué son los libros para mí? No diré que todo, pero abarcan una parte muy grande de mi mundo. Sumergirte entre las páginas de un libro siempre es especial y ojalá me acompañen para siempre. Ojalá a mi hijo le guste leer (lo voy a querer igual, pero sumará puntos 😅). Ojalá le gusten los libros de pesadillas y pueda viajar a mi infancia con él. Ojalá quiera leer alguna vez un libro mío aunque me diga que le parece horrible. Ojalá nunca se me apaguen las ganas de leer y de escribir. Y a seguir descubriendo historias. Siempre.

Nos vemos el miércoles que viene.