¡Miércoles Addams!
Aquí estoy, después de algo más de un mes, medio derretida y harta de vivir en una bola de fuego constante.
Debería haber actualizado antes, lo sé, sobre todo porque el 15 de julio ocurrió algo muy guay, pero a veces por falta de tiempo, otras porque no me sale escribir si no es miércoles... En fin, que os lo cuento ya.
El 15 de julio puse fin a Proyecto Parkour. Comencé a escribirlo un 25 de mayo y puedo decir que es el libro que más rápido he escrito de todos. Ha ayudado que sigo en la baja maternal, pero si hubiese tenido más tiempo, es decir, si fuese soltera, sin hijos, sin nada a mi cargo, la habría acabao muchísimo antes. El pensamiento principal mientras le daba a las teclas era que podría escribirla del tirón, de una sentada. Y qué pasada cuando eso ocurre.
La primera idea de Proyecto Parkour llegó a mí una tarde cualquiera frente a un tobogán infantil. Recuerdo que subí una foto a instagram, la primera semilla que llegó pisando fuerte y que germinó en muy poco tiempo. Decidí ambientarla en Murcia y no puedo estar más contenta con eso.
Mi idea era escribir una historia ligera y sencilla, pero todo se me fue complicando y me vi envuelta en un mar de sentimientos que no fue fácil sortear. Quizá esta historia esté dentro de mi zona de confort en algunos aspectos, pero no ha sido nada fácil tratar según qué temas. He sido bastante brújula, la he vivido muy intensamente, me he dejado parte de mis tripas, he reído, he llorado, me las he dado de poeta y he abierto algún que otro melón.
Yo soy la primera sorprendida con el resultado, con la aparición de los secundarios, con ese final que da sentido a todo. No sé cómo lo hago, porque me dejo llevar casi al cien por cien, pero todo termina cuadrando, los detalles, los porqués. Ay, qué ganas de que los conozcáis.
El título esta vez vino fácil cuando llevaba ya un tercio del libro. Lo he contado por instagram, pero tengo que dejarlo escrito por aquí. Eran las dos de la mañana cuando yo estaba con los ojos como platos escuchando la fiesta que había montada cerca de casa. Entre los temas sonó el famoso villancico de Maria Carey y ahí, no me preguntéis cómo, me vino el título. Después, mientras repasaba el manuscrito me di cuenta de que yo ya había hablado de la diva y su villancico en la segunda parte del libro, lo cual me pareció una maravilla. Como dijo no sé quién, las coincidencias coinciden.
El libro ya está en mano de algunas de mis cero y yo ahora necesito distanciarme de él. Creo que Proyecto Parkour os va a gustar mucho.
A continuación me puse a dar el último repaso al libro que sale el 7 de septiembre. A piel desnuda ya está casi listo para la publicación y qué bonito está siendo reencontrarme con ellos.
Mientras tanto, si es posible antes de agosto, y para eso solo faltan 4 días, me gustaría poner al día unas cositas del resto de mis libros en amazon, dejarme la agenda programada y coger vacaciones de verdad. Digo "de verdad" porque la mente del escritor nunca descansa y menos si tenemos que tener atendidas las redes sociales y demás. Siempre hay trabajo por hacer, pero necesito estas vacaciones antes de volver a la carga antes del lanzamientos.
Imagino que iré recolectando ideas, dando forma a esos proyectos que ahora están en una carpeta aguardando su momento. Hay uno que me llama especialmente, quién sabe si llegará a algún puerto. De momento solo puedo decir que voy a disfrutar este verano y que espero que mi mente no me sabotee y me pique la necesidad de escribir como ya me ha pasado en otras ocasiones.
¿Nos vemos en septiembre? Quizá antes, quién sabe... Feliz verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario