¡Buenos días! Hoy os quiero dejar por aquí el prólogo de mi último libro "Las cosas que algún día te diré". Es un libro muy especial para mí y a pesar de ser corto y estar compuesto por frases, creo que no tiene nada que envidiar a ningún otro. No se trata de llenar páginas de palabras al azar y sinsentidos, sino de resumir y concentrar en frases cortas la verdadera esencia de las cosas. Quería hacer un libro pequeño, bonito, tratado con mimo y cuidado hasta el más mínimo detalle y creo que lo he conseguido. ¿Y tú? ¿Ya te has hecho con él? Recuerda que puedes hacer tu pedido en Amazon.
Antes de…
Aquella noche cogí un papel y un
boli y encendí la luz. Era pleno verano y me estaba costando dormir. Quería
echarle la culpa al calor, pero solo yo sabía que el culpable de mi insomnio,
era mi maldito cerebro que se resistía a desconectar. Estaba en pleno subidón
de pensamientos, preguntas, bucles y lamentaciones cuando simplemente, comencé
a escribir. Necesitaba sacarlos de mí. Necesitaba escupir la tela de araña que
se tejía cada noche cuando cerraba los ojos. Necesitaba expresarme de una forma
no hablada y sin embargo, gritada.
Aquella noche, pude dormir. El
ruido del folio al arrugarlo puso punto y final al insomnio y me reconcilié con
mi querido Morfeo. Aquella noche aprendí cosas de las que no fui consciente, pero
que ahora sé, que me salvaron la vida. Y es que la mayoría de las veces,
comprendemos las cosas a un tiempo desacompasado. Las piezas del puzle flotan
desperdigadas y perdemos el aliento en intentar juntarlas, cuando solo el
tiempo tiene ese poder. El tiempo. Ese señor que te persigue y espera a partes
iguales. No sé si aquella noche me volví definitivamente loca o comencé a
sanar, pero créeme cuando te digo, que no quiero saber la respuesta.
Noemí Quesada
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