¡Miércoles Addams!
¿Noviembre ha sido abducido por el espíritu de la Navidad y se ha perdido entre octubre y diciembre? Yo digo que sí.
Aquí estoy de nuevo, tecleando con los dedos congelados, porque en la calle seguimos con el veranillo este horrible que hace que lleguemos a los 30 grados a mediodía, pero las casas son como congeladores industriales. Dicho esto, vamos al meollo del asunto.
Cuarta y última publicación del año, que se dice pronto. Espero no volver a publicar tanto o acabaré cucú. El día de lanzamiento oficial era el 23, mañana mismo, pero adelanté la fecha una semana puesto que todo rodó fácilmente y la paciencia no es mi fuerte.
Viniendo el tercer y desastroso lanzamiento de La alucinante inmensidad de las dudas flotantes, esta vez lo estoy tomando con calma, bastante más relajado. También puede que sea porque ya no me quedan fuerzas físicas ni mentales, lo admito.
Lo que soy es una reedición completa de una novela corta que escribí en 2018 titulada Hola, soy Aaron Wender. Nunca estuve conforme con la pésima forma en que la publiqué. Miedos, dudas, vergüenza, inexperiencia... Tampoco me gustaba el título, la portada no era gran cosa... Y entonces algunas lectoras llegaron a ella y me dieron el valor de hacer algo que me ha hecho muy feliz. Esta historia es muy especial para mí, siempre lo he dicho, y es ahora cuando de verdad le ha llegado su momento.
Nuevo título, nueva portada, nueva sinopsis y una historia mucho mejor en su interior. Mi novela más oscura, una voz principal masculina, un chico de dieciocho años, el Nueva York del 96, una obsesión por la sangre, juegos con las drogas, una relación entre dos chicos... Es una novela diferente a la que le tengo un gran cariño, por eso pienso que necesitaba esta oportunidad.
Sé que es arriesgado, sé que habrá gente que no se anime a leerla por el cambio de género, pero creo que lo más importante es yo estoy muy satisfecha con esta inesperada hazaña. Reencontrarme con Aaron y con Jon ha sido increíble. Menudo muso Jonan Myers, inspirado cien por cien en Jon Kortajarena. Yo creo tan solo por eso todo el mundo la debería leer😄.
Llevo sin escribir desde el 18 de agosto, ya es demasiado tiempo y estoy que me subo por las paredes. Me gustaría tomarme el último fin de año de relax, pero es que escribir es pura necesidad para mí y ya tengo por ahí pululando alguna que otra historia. Puede que sea cuestión de horas o días que me siente a escribir de nuevo. ¡Qué ganas!
¿Otra novedad? Estoy organizando una presentación de La alucinante inmensidad de las dudas flotantes en la biblioteca de mi pueblo, a pesar de que lo paso fatal exponiéndome y hablando en público, pero es una gran oportunidad que no puedo rechazar.
Por cierto, estoy escuchando y viendo el capítulo de esta semana del podcast Estirando el chicle, con la grandísima Rosa Montero. No tiene desperdicio, adoro a esa mujer, todo lo que dice me parece digno de enmarcar.
Y hasta aquí la actualización de hoy, concisa y al grano, que tengo la olla puesta. Cocido, para ver si entro en calor. ¿Un dato innecesario? Lo que más me gusta del cocido es la verdura. Puerro, apio, zanahoria, patata. Un chorrico de limón de la huerta de Murcia y yo ya... Yo ya. Soy rara hasta para eso jiji. Nos vemos en diciembre con el ranking de las diez mejores lecturas del año, como ya viene siendo tradición.
Dadle una oportunidad a Aaron Wender.
¡Nos vemos!